Estos temidos y esmerados insectos que tienen mala prensa, son un eslabón esencial para la vida en la Tierra. Y además nos proveen de miel, un superalimento.
La contribución que hacen las incansables abejas al ecosistema las convierte en esenciales. Su aporte es tan simple como imprescindible, ya que se encargan, a través de la polinización, de llevar el polen de una planta a otra, permitiendo que las especies se reproduzcan. Esto parece sencillo pero no podría llevarse adelante sin estos insectos, que junto con mariposas y colibríes realizan esta tarea clave.
Las abejas polinizan el 70% de los alimentos que consumimos habitualmente. Además, es importante entender que la polinización no solo “fabrica” alimentos, sino que también genera las semillas necesarias para la reproducción de las especies.
¡Alerta apícola!
La muerte masiva de abejas y la destrucción de sus ecosistemas debido al uso excesivo de agroquímicos en el campo argentino, pone en alerta a los productores ya que en las últimas décadas se perdió en el país alrededor del 30% de las colonias de abejas.
Los insecticidas provocan directamente la muerte de las colonias de abejas, y los herbicidas la desaparición de la flora de interés apícola, provocando que las colonias no puedan alimentarse como corresponde.
¿Qué pasaría si hubiera un apocalipsis apícola?
Hay una frase que atribuyen a Albert Einstein:”Si las abejas desaparecieran del planeta, en cuatro años desaparecería también el ser humano”. Hoy, los científicos no pueden confirmar esta aseveración, pero si aseguran que el problema sería importante si pensamos en la producción de alimentos. ¿Por qué? Almendros, manzanos, durazneros, hortalizas, frutos… También las pasturas son polinizadas por las abejas: pasturas que son consumidas por los ganados… ganados que son consumidos por nosotros, los humanos.
Cuando se habla del cuidado y bienestar de las abejas, en realidad nos referimos a una larga cadena de alimentación que se vería afectada si ellas desaparecieran. Montones de productos dejarían de existir, al menos en la cantidad y calidad en que los tenemos disponibles en la actualidad.
Debemos resignificar el rol de las abejas y trabajar para su conservación en el mundo de los adultos y enseñar a las infancias también, la labor esencial que desempeñan.