¿Qué se te viene a la cabeza cuando escuchás “plogging”? Puede que no suene porque, a simple vista, parece ser una palabra en inglés. La realidad del término va más allá: se trata de una combinación entre jogging (que en inglés significa correr) y plocka upp (lo que en sueco se entiende por recolectar).
Este concepto define una nueva iniciativa sostenible que consiste en aprovechar el «running» y otras disciplinas al aire libre para retirar los residuos que ensucian nuestras ciudades y espacios naturales. Los “ploggers” salen a la calle con una bolsa de basura para tomar los desperdicios que encuentran durante su práctica deportiva.
El impulsor de la actividad fue Erik Ahlström (causalmente sueco), que empezó a limpiar la basura de los lugares que frecuentaba cuando hacía deporte en Estocolmo. Poco después, su rutina se extendió por Suecia a través de eventos populares y hoy, gracias a las redes sociales, se convirtió en un fenómeno global que involucra a más de 20.000 personas al día en más de un centenar de países.
Entre los residuos más habituales que se recuperan aparecen los plásticos de un solo uso, como botellas y tapitas de plástico, envoltorios de bocadillos y dulces, envases de comida rápida, sorbetes y cubiertos desechables.
Los beneficios de hacer “plogging” para nuestra salud son múltiples: incrementa la capacidad pulmonar, la oxigenación del organismo, mejora la digestión y se queman calorías. En simultáneo, es una buena oportunidad para mostrarles a tus hijos lo que significa cuidar el medio ambiente (conciencia medioambiental), e incluso desarrollar valores propios del deporte como el compañerismo, la solidaridad, el esfuerzo y la perseverancia. ¿Te sumás a la aventura?