¿Querés tener el patio o balcón de tu casa totalmente renovado, colorido y con más vida, para recibir la visita de seres que son decisivos para el planeta? Esto es posible, y puede ser una gran excusa para proponer una actividad ecológica para la familia.

Al plantar romero, albahaca, manzanilla, orégano, malva, geranio, lavanda o petunia no solamente se embellece el paisaje verde del hogar, sino que también atrae la presencia de agentes polinizadores como el colibrí, la mariposa o la abeja, ya que son su principal fuente de alimentación.

En su búsqueda de comida en las flores, estas especies transportan el polen de una flor a otra, lo que permite la reproducción de las plantas y la formación de frutos y semillas que inciden directamente en la producción de alimentos.

En otras palabras, su papel es vital para lo que comemos, y aún hay más. El 80 % de las bebidas, las medicinas, las tintas y las fibras dependen de los polinizadores. Sin ellos, gran parte de los seres vivos, incluido el hombre, desaparecerían por hambre, enfermedades y falta de materiales indispensables.

Educar a tus hijos sobre la labor de los polinizadores es generar conciencia sobre su cuidado y reproducción, cuando parece que hay cada vez menos ejemplares. Si sumamos nuestro granito de arena para su preservación, ellos continuarán ofreciendo alimento para el mundo.