Llegó el frío, y con él una de las estaciones preferidas para muchas personas. Las hojas de los árboles deslumbran con su amplia paleta de colores, y cautivan con su crujir a cada paso. Pero claro, las hojas pueden ser tan lindas como molestas. Y su encanto transformarse en un problema al tener que juntarlas y mantener el patio, el balcón y/ o las veredas limpias.
Lo importante: no las consideres basura. Te explicamos por qué.
Las hojas secas son uno de los alimentos más importantes de la naturaleza. Son materia orgánica que alimenta plantas y árboles, nutren los suelos y a los organismos que habitan en él. Conservan la humedad y protegen a las raíces; e insectos y animales pequeños suelen refugiarse en ellas. Las hojas caídas contienen hasta un 80% de los nutrientes que un árbol absorbe durante la temporada de crecimiento.
No las barras. No las tires como si fueran basura. Mejor depositalas en un parque, jardín o macetas para que se reintegren a la naturaleza. Al permitir su descomposición en el césped o macetas, devuelven sus nutrientes al suelo, donde son reabsorbidos por las raíces y serán utilizados para la nueva temporada de crecimiento.
No rompas el ciclo natural de la vida. Las hojas de los árboles sirven también:
- para proteger del frío y heladas al césped y a las plantas.
- colocarlas sobre el césped, jardín o macetas aportará nutrientes a las raíces.
- amontonarlas en un rincón y humedecerlas, evitará que se vuelen por el viento y acelerará su descomposición. De esta manera se estará abonando el suelo de una forma simple y sencilla.
- una buena práctica es el compostaje.
Y si pese a toda esta información decidís barrer y tirar las hojas, ¡no las quemes! Quemarlas contamina el aire. Ponelas en una bolsa solas, sin otros residuos, para que otras personas puedan darle el uso que detallamos en la nota y que así sigan su ciclo natural.