Sabías que según un informe de la ONU la industria textil

  • es la segunda más contaminante del planeta, después de la petrolera
  • es la responsable de entre el 8 y 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)
  • utiliza cada año 93 mil millones de metros cúbicos de agua
  • duplicó su producción entre los años 2000 y 2014
  • por año se arrojan al mar medio millón de toneladas de microfibra

El camino de la moda

El camino comienza en países asiáticos y las primeras paradas son Europa y Estados Unidos. Lo que ahí no se vende, sigue viaje en barco a esta parte del mundo.

Cada año arriban 59 mil toneladas de ropa al puerto de Iquique, Chile, que se encuentra a 400 km del desierto de Atacama. El objetivo es la reventa, pero no hay manera de que enorme cantidad de ropa pueda ser adquirida y absorbida por compradores del lugar o del resto de los países de Latinoamérica.

Por tal motivo, toneladas de ropa que se descarta de los circuitos de venta se acumulan en vertederos ilegales, de más de 300 hectáreas,  desde hace 15 años. El desierto de Atacama se transformó así en un oasis de abandono y polución. Hay prendas de todo tipo, incluido calzado. Gran parte usadas, pero muchas todavía con la etiqueta de fábrica. La mayoría son de material sintético o tratadas con productos químicos, por lo que no son biodegradables y tardan en desintegrarse entre 30 meses, en el caso del algodón, y 200 años de tratarse de poliéster.

Impacto ambiental de la industria de la moda

La producción masiva de ropa conlleva el uso intensivo de recursos naturales como agua y energía, así como la generación de grandes cantidades de residuos y emisiones de carbono. Además, la moda rápida promueve un ciclo de consumo desenfrenado, la rápida obsolescencia y su eliminación en basurales.

Atacama, un problema en crecimiento

La región de Atacama, conocida por su belleza natural, está viendo cómo su entorno se ve afectado por la acumulación de desechos textiles. La falta de un sistema de gestión de residuos adecuado y la promoción del consumo desmedido de moda barata contribuyen a esta crisis ambiental.

Hacia una solución

Es imperativo que la industria de la moda repiense sus prácticas y transicione hacia la sostenibilidad, desde la producción hasta la gestión de residuos. Pero también, que cada uno de nosotros realicemos un consumo consciente, más responsable. Que tomemos distancia del “consumismo afiebrado” que con el mismo desenfreno con el que nos propone estar “a la moda” y  adquirir nuevas prendas, también nos invita a descartarlas, según los mandatos de la moda rápida o fast fashio00.