¿Pensaste alguna vez que las personas menstruantes pasan el 18% del año menstruando? ¿Y que en su vida reproductiva de aproximadamente 35 años tienen 380 menstruaciones? Sin embargo poco se habla de esto.
Según el estudio “Acceso a la gestión menstrual para más igualdad” de UNICEF (2021) el
- 10% no van a la escuela durante el período menstrual
- 23% siente vergüenza o incomodidad
Y en la Primera Encuesta de Gestión Menstrual de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires (2020) los resultados son los siguientes:
- 7 de cada 10 personas modificaron sus hábitos
- 47,9% dejó de ir a la escuela o a la facultad
- 43,9% dejó de ir a eventos sociales
- 75,6% no realizó deportes
- El 67% considera que los productos que usa son “caros” o “muy caros”
- El 70% compró menos cantidad u optimizó su uso
Gestión menstrual para cuidar la salud de las personas y la del planeta
Los productos de gestión menstrual tienen costos no visibilizados:
Socioconómicos
-Menstruar implica una inversión económica que puede generar dificultades para gestionar adecuadamente el ciclo menstrual. Siete mil unidades de toallitas y tampones se utilizan a lo largo de la vida reproductiva.
-En ocasiones las personas menstruantes ven afectadas sus rutinas por no contar con los elementos de gestión menstrual necesarios (higiene y calmantes), profundizando la desigualdad y acrecentando las brechas de género.
-La menstruación suele tener una connotación negativa asociada a mitos patriarcales, que interfiere con las actividades productivas o que genera inestabilidad emocional.
Ambientales Los tampones y toallitas, tienen un impacto negativo tanto en el ambiente como en la salud.
-Están fabricados a partir de algodón y plástico, polímeros como el poliéster o el polietileno, poliacrilatos superabsorbentes y celulosas.
-Su manufactura consume grandes cantidades de agua, energía de fuentes no renovables y producen emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
-Unas horas de uso y muchos años para degradarse. Un tampón con plástico tardará en desaparecer del planeta mucho más que quien los use: se cree que desde 500 hasta 800 años.
-El 80% son tirados por el inodoro. Son el quinto plástico de un solo uso encontrado con más frecuencia en las playas y mares.
Y para la salud Muchos productos incluyen en su composición
-Químicos como dioxinas y furanos provenientes del proceso de blanqueamiento.
-Residuos de herbicidas y pesticidas (algodón).
-Fragancias y otros ingredientes.
-Estos componentes han sido relacionados con el cáncer, daños reproductivos, disrupciones hormonales o infecciones vaginales, alergias y molestias -que afectan a tres de cada cuatro mujeres- en algún momento de su vida.
Opciones de gestión menstrual sostenible
- Toallitas reutilizables Se trata de toallitas de tela, amigables con la piel y con el planeta. Hay de distintos tamaños y formas, con alas o sin alas, con botones o con velcro. Existen también las «nocturnas» y los protectores diarios. Se lavan con agua fría, se dejan secar y están listas para usarse nuevamente.
- Bombachas menstruales Menos conocidas pero igual de efectivas en términos prácticos y ecoamigables, son como las toallitas, pero diseñadas como ropa interior, con una capa absorbente integrada.
- Copa menstrual Es un producto de silicona o látex, reutilizable. Se usa la misma copa durante todo el ciclo menstrual. Se vacía, se lava y se vuelve a colocar. Al final de cada ciclo se esteriliza, se guarda y queda lista para usar al siguiente mes. Prácticamente no se generan residuos, excepto al momento de hacer el recambio de copa cada 5/ 10 años.
La información nos da poder para poder elegir, libre y conscientemente, para cuidar nuestra salud y la del planeta.